Son diecisiete las historias con que Borges labra este laberinto mágico e inteligente, onírico y asombroso, donde se busca la única salida posible, la verdad.
Comienza con el relato titulado “El
Inmortal”, en donde se realiza un acercamiento a la inmortalidad, no como el
don que en la superficialidad de nuestro tiempo muchos quisieran alcanzar, sino
como una enfermedad, una condena para el ser humano:
“Ser inmortal no tiene importancia; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte”
“Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso.”
Es la mortalidad la que permite tener
méritos morales e intelectuales, así como la formación de una identidad propia,
misma que en el inmortal se diluye:
“Un solo hombre inmortal es todos los hombres”
“Deutsches Requiem” expone las cavilaciones del
subdirector de un campo de concentración alemán apresado por los aliados y a
punto de ser ejecutado, dejando en claro que en él no existe arrepentimiento
alguno, y sin embargo siente que una parte de su persona murió con todos los
prisioneros judíos que asesinó. No le importa que Alemania haya sido derrotada
por las armas, pues para él existe una alegría, una victoria más profunda
conseguida por los nazis:
“Nosotros (la Alemania Nazi) le enseñamos al mundo la violencia y la fe de la espada.”
“Se cierne ahora sobre el mundo una época implacable. Nosotros la forjamos, nosotros que ya somos su víctima.”
En “La Casa de Asterión” se muestra un
revolucionario cambio de perspectiva del mito del minotauro, así como la
posibilidad de la muerte como liberación.
“Los Teólogos” presenta a dos filósofos
rivales que sostienen posiciones encontradas respecto a Dios y la naturaleza de
las cosas, lo que los conduce a una guerra de argumentos cada vez más
elaborados, pero tal vez no tan distintos. En esta historia se esconde una
metáfora de la intolerancia y sus demonios.
En “Emma Zunz” se narra la historia de
una mujer, cuyo padre ha sufrido una terrible injusticia, lo que la llevará a
planear una venganza efectiva, personal y oculta para el mundo.
“El Zahir” relata la obsesión de un
hombre por una moneda, así como su tormentoso camino a la locura.
El cuento que cierra y da nombre a este
volumen (“El Aleph”) es un prodigio narrativo en el que se crea la ilusión de
toparse con la totalidad del universo contenido en una pequeña esfera,
escondida en un sótano:
“El lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos.”
En ella se encuentra quizá el verdadero
mundo, y la capacidad de asombro del ser humano.
El resto de las historias contenidas en este libro tratan al igual que
las anteriores sobre temas que obsesionaron durante toda su vida a este gran
escritor argentino: el infinito, lo fantástico, el tiempo, el azar. Temas de
reflexión en todas las épocas y que conviene explorar personalmente.
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