Fight Club (El Club de la Pelea o El Club de la Lucha)
es uno de esos poquísimos casos en que es difícil
decidirse entre qué es mejor, el libro o la adaptación cinematográfica.
La historia va sobre un narrador anónimo (Edward Norton en la película) que odia su trabajo como perito de una aseguradora. Padece de insomnio y vive, como tantos otros, encerrado en la rutina diaria. Los frecuentes viajes que realiza por cuestiones laborales son para él una tortura y le generan pensamientos suicidas:
“Cada vez que el avión se ladeaba en exceso al despegar o al aterrizar, rezaba para que nos estrellásemos.”
Todo cambia
cuando conoce a Tyler Durden (en la película interpretado por Brad Pitt), una
suerte de psicópata anticonsumista que tiene varios empleos mal pagados, y en
los que se dedica a realizar barbaridad y media.
Tyler Durden se
convierte en un gurú para el narrador, a quien incita a formar un club clandestino
donde los asistentes pelean a mano limpia y cuyas reglas son:
“La primera regla del club de lucha es que no se habla del club de lucha.”
“La segunda regla del club de lucha es que no se habla del club de lucha.”(sic)
“…la tercera regla del club de lucha: cuando alguien dice basta o resulta herido, aunque esté fingiendo, se da por terminada la pelea.”
“Sólo dos hombres por combate. Un combate cada vez. Se lucha sin camisa ni zapatos. El combate dura lo que haga falta.”
”… si ésta es tu primera noche en el club de lucha, tienes que luchar.”
Aunque al libro
se le ha tachado de promover la violencia y la conducta autodestructiva, son
más quienes ven en él un análisis mordaz de la sociedad actual, a la que exhibe
como totalmente entregada al consumo y manipulada en extremo por la publicidad
y la moda.
”Somos los hijos medianos de la historia, educados por la televisión para creer que un día seremos millonarios y estrellas de cine y estrellas de rock, pero no es así. Y acabamos de darnos cuenta.”
“Hay un tipo de mujeres y de hombres jóvenes y fuertes que quieren dar sus vidas por una causa. La publicidad hace que compren ropas y coches que no necesitan. Generaciones y generaciones han desempeñado trabajos que odiaban para poder comprar cosas que en realidad no necesitan.”
Tyler Durden
plantea la destrucción total de la civilización, una “glaciación cultural”,
como él le llama, hasta el día en que la Tierra se recupere del mal que la
humanidad le ha causado:
“Cazarás alces en los bosques húmedos del cañón cercano a las ruinas del Rockefeller Center y encontrarás almejas enterradas junto a los cuarenta y cinco grados de inclinación de la Aguja Espacial. Pintaremos en los rascacielos gigantescas caras totémicas y amuletos antropomórficos con rostros de duendes, y todas las noches, lo que haya quedado de la humanidad se refugiará en los zoológicos vacíos y se encerrará en las jaulas para protegerse de los osos, pumas y lobos que se pasean de noche mientras les vigilan por entre los barrotes.”
En el plano
cinematográfico, hay que decir que el filme tiene algunas diferencias notables
con el libro, pero está igualmente bien logrado. Dirigida por David Fincher, El Club de la Pelea se ha convertido en
una película de culto.
Para destacar: la vuelta de
tuerca de la historia, imperdible.
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