José Saramago | Memorial del Convento



 

Memorial del Convento es una de las primeras novelas de José Saramago y también una de las más extraordinarias. La historia se sitúa en el siglo XVIII y en ella se narran los pormenores de la construcción del Convento de Mafra (conocido en la actualidad como Palacio Nacional de Mafra) en Portugal.


El rey Juan V de Portugal se encuentra desesperado, pues no ha podido engendrar un heredero. Aprovechando estas circunstancias los frailes franciscanos le arrancan la promesa de construir un convento para la orden a cambio de que la reina Doña María Ana dé a luz, el rey accede, sin saber que la reina ya se encuentra embarazada y se lo ha dicho primero a su confesor, quien olvidándose de sus votos sacerdotales se lo ha comunicado inmediatamente a sus superiores franciscanos.


Al nacer la primera hija del rey, éste ordena el inmediato inicio de la construcción del convento. Aunque al principio se tenía pensado construir sólo un modesto convento, la ambición y vanidad del rey hacen que el proyecto sufra continuas ampliaciones, hasta que se convierte en una labor titánica que necesita una enorme cantidad de trabajadores, formándose así una comunidad que vive al ritmo de los deseos de los poderosos y que tendrá que sortear toda clase de inclemencias y penurias para llevar a cabo tan difícil tarea.


En este ambiente oscuro y caótico, donde ejerce su poder la Inquisición portuguesa, se desarrolla la historia de amor de los personajes principales: Baltasar Sietesoles, un soldado que ha perdido la mano izquierda en la guerra contra los españoles y Blimunda, una mujer idealista que, al igual que su madre, tiene el poder de ver y oír el interior de las personas.


El padre Bartolomeu Lourenço de Gusmao (personaje real que fuera precursor de la aeronáutica), es un científico cuyo máximo sueño es diseñar y construir una máquina para volar, misma que ha sido bautizada como passarola. Para realizar esta empresa cuenta con el apoyo del rey Juan V, quien únicamente ve en este proyecto otra manera de perpetuar su grandeza. Baltasar se convierte en el ayudante del padre Bartolomeu, y junto con Blimunda poco a poco se van involucrando por interés propio en la búsqueda del sueño del fraile. Es importante decir que la passarola utiliza las voluntades de los hombres para volar, voluntades que sólo Blimunda puede observar y capturar gracias a sus facultades psíquicas.


Baltasar y Blimunda tendrán que superar una gran cantidad de pruebas, hasta llegar a un desenlace inesperado.


Podría usted esperar una novela histórica densa, de difícil lectura, de ésas que sólo sirven para conocer el límite de su paciencia, sin embargo no es así, Saramago siempre sorprende al lector y este libro no es la excepción, la narración se maneja en dos planos yendo del realismo obsesivo a la poesía elocuente, de las reflexiones más profundas a las frases contundentes:


“El hombre primero, tropieza, luego anda, después corre... Llegará un día en que el hombre volará”.


En esta lectura vertiginosa Saramago pone a cada cual en su lugar y no le tiembla la mano para escribir que también el lujoso lecho de los reyes está infestado de chinches, que el rostro de la princesa está marcado por la viruela, ni para enseñarnos que aún entre los más desvalidos están presentes los sueños más altos, los más sobrehumanos.

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