2018, coda

En el futuro cuando hable del 2018 tal vez lo haga refiriéndome a él como un año lleno de obstáculos y retos que «a gritos y sombrerazos», dirían los abuelos, he conseguido superar. Con todo, también trajo algunas cosas buenas, y sobre todo me permitió conservar las más importantes. «Bien está lo que bien acaba», otro de mis atávicos plagios. Agradezco a Dios, a mi familia y amigos por su apoyo y su paciencia.
Finalmente, estando el 2019 «a tiro de piedra», me gustaría dejarles mi acostumbrada selección de los libros que sobresalieron entre las lecturas que realicé (pude realizar) este año.

¡Feliz 2019!

  1. Cáscara de nuez | Ian McEwan

Trudy mantiene una relación adúltera con Claude, hermano de su marido John. Éste, poeta y editor de poesía, es un soñador depresivo con tendencia a la obesidad cuyo matrimonio se está desintegrando. Claude es más pragmático y trabaja en negocios inmobiliarios. La pareja de amantes concibe un plan: asesinar a John envenenándolo. El motivo: una mansión georgiana valorada en unos ocho millones de libras que, si John muere, heredará Trudy.

Pero resulta que hay un testigo de esta maquinación criminal: el feto que Trudy lleva en sus entrañas. Y en una pirueta de triple salto mortal que parece imposible de sostener pero le sale redonda, McEwan convierte al feto –al que todavía no han puesto nombre porque no ha nacido– en el narrador de la novela, desde la primera página hasta la última.
Lo que sigue es una mezcla genial de comedia negra, trama detectivesca y astuta reescritura intrauterina de un gran clásico, por cuyas páginas asoman también una joven poetisa amante de John y una bregada inspectora de policía. Pero además de observar desde primera fila los preparativos del asesinato de su padre a manos de su madre, el feto filosofa sobre el mundo y la vida, lanza preguntas incómodas y se lo cuestiona todo, mientras las copas de vino –y alguna bebida de más graduación– que bebe su madre tienen efectos mareantes sobre él.
Jugando con un narrador inaudito, Ian McEwan plantea un audaz experimento literario que es un auténtico tour de force sólo al alcance de un escritor superdotado. Y el resultado es una novela redonda que avanza con el palpitante ritmo de un thriller, trufada del mejor humor británico.

  1. El sistema | Peter Kuper

Peter Kuper es un artista gráfico de capacidades asombrosas. En libros como Diario de Nueva York o Diario de Oaxaca ha demostrado la versatilidad de su obra, que va desde el dibujo hasta el collage pasando por fotografías intervenidas y distintas técnicas gráficas para compartir con el lector pasajes de su fantástica mente. El sistema es una novela gráfica muda que aborda una de las obsesiones de Kuper: el poder o, más bien, cómo afectan la vida de las personas las estructuras del poder. El escenario de esta explosión visual es Nueva York. En esta megalópolis se desarrollan múltiples historias que se van interconectando entre sí para trazar una gigantesca red de vidas coincidentes que tratan de vivir y sobrevivir con y a pesar de los demás. El dibujante de la revista Mad, Al Jaffee, explica las claves para entender el género de la novela gráfica muda: «La caricatura es un arte apreciado y reconocido en todo el mundo. La forma más pura de este lenguaje es el cómic mudo, en el que el dibujante crea un lenguaje estrictamente visual. Si se hace de forma adecuada, es capaz de desplegar un rango de ideas y emociones que todos podrán comprender. Es comparable a los primeros días del cine mudo en donde actores como Charlie Chaplin y Buster Keaton sólo tenían gestos y expresiones faciales para contar sus historias y representar emociones complejas. La caricatura de la pantomima comparte estas limitantes aunque el reto es aún mayor. No sólo no están las palabras, sino que tampoco hay movimiento. A través de los años ha habido algunos genios que se han especializado en esta expresión artística. Uno de ellos es Peter Kuper. Que su lápiz, su pluma y su pincel fluyan silenciosamente por mucho tiempo más».

  1. Casi nunca | Daniel Sada

Demetrio Sordo es un agrónomo que pasa sus días inmerso en la monotonía de su empleo como administrador y técnico agrícola en un rancho de Oaxaca. Un día, aún más aburrido que de costumbre, decide que el sexo dará sentido a su vida y va al primer burdel que encuentra. Y allí entablará una intensa relación con la morena Mireya, con quien se entiende a la perfección. Poco después, la madre de Demetrio le pide que viaje para asistir a una boda en la población de Sacramento. Lo que la madre no dice y el hijo adivina, es que la señora espera que Demetrio se entienda con alguna señorita ilustre de la comunidad y el entendimiento acabe en boda. Y así sucede: Demetrio queda prendado de Renata y casi de inmediato comienza su compromiso. Pero es entonces cuando todo se complica: el agrónomo quiere mantener ambas relaciones hasta que sea inevitable romper con Mireya. Y la chica del burdel no piensa en rupturas, ni próximas ni lejanas, y ha decidido que Demetrio será su salvador, que la ayudará a salir del burdel y se casará con ella. Casi nunca es posiblemente la más espléndida novela de este gran autor mexicano, uno de los más admirados de la literatura latinoamericana.

  1. La pulga de acero | Nikolái Leskov

Cáustico retrato de la vida rusa, y a la vez poderosa fábula «futurista», esta divertidísima historia, en una nueva y brillante traducción por parte de Sara Gutiérrez, es, sin duda, una de las grandes obras maestras de la narrativa rusa del XIX.
Escrita al modo de un cuento tradicional ruso, y dotada de una comicidad, de un descaro y de una frescura inigualables, esta nouvelle, cuyo título completo podría ser traducido como Relato sobre el zurdo bizco de Tula y la pulga de acero es todo un clásico de la literatura occidental.
Cuando el Zar Alejandro visita Inglaterra acompañado de su fiel general, el cosaco del Don Platov, los ingleses, para impresionarle, le regalan un minúsculo autómata, una máquina prodigiosa, que solo puede ser contemplada si se mira a través de un microscopio: una pulga de acero mecánica, que cuando se le da cuerda, efectúa un danse. Espoleados por el afán de competencia, los rusos se proponen encontrar al artesano que sea capaz de construir una pulga igual, para así demostrar a los ingleses de lo que los rusos son capaces. Hasta que, tras una búsqueda por toda Rusia, aparece «el Zurdo», el prodigioso artesano bizco de Tula.

  1. Dormir al sol | Adolfo Bioy Casares

«No sé cómo ni por qué me dio por preguntarme quién estaba mirándome desde los ojos de Diana». Lucho Bordenave es un relojero de barrio. Casado con Diana, mujer hermosa y tiránica, lleva una vida apacible en Villa Urquiza. Repentinamente –y sin causas demasiado precisas– su señora es internada en el Instituto Frenopático. Una red de postergaciones envuelve de pronto al protagonista: la intrusión de su cuñada, los sinuosos razonamientos del director del instituto, la vigilancia periódica de un corredor de apuestas... Bordenave está ansioso por recuperar a su mujer; sin embargo, cuando los médicos se la devuelven, le parece que es una impostora. La llegada de una perra sugestivamente llamada Diana lo arrastra por un alucinante tráfico de almas y cuerpos, hasta que él también sufre una mutación decisiva.
Brillante parábola en clave satírica sobre el amor y la identidad personal, Dormir al sol es uno de los libros fundamentales de Adolfo Bioy Casares y de la literatura argentina.

  1. Las vírgenes suicidas | Jeffrey Eugenides

En menos de un año y medio, las cinco hermanas Lisbon, adolescentes entre trece y diecisiete años, se suicidaron.
Los jovencitos del barrio habían estado siempre fascinados por esas inalcanzables jóvenes en flor, atraídos por esa casa de densa femineidad enclaustrada –la madre era una católica ferviente y moralista que no dejaba que sus hijas salieran con chicos; el padre, profesor de matemáticas dócil y benévolo, aceptaba las muy estrictas normas de su mujer–, y las primeras muertes no hicieron sino ahondar el misterio y el espesor del deseo. Los Lisbon se encerraron cada vez más en sí mismos y en el interior de la casa, y los jóvenes los espiaban desde las ventanas del vecindario, trataban de comunicarse con las hermanas pidiéndoles canciones por teléfono, contribuían al intrincado tejido de rumores, a la creación de mitologías. Veinte años después, aquellos mismos adolescentes, ya en la frontera de la mediana edad, intentan desentrañar el enigma de aquellas lolitas muertas que siguen fascinándolos.

  1. Hablar solos | Andrés Neuman

Neuman no sólo es una noticia brillante para la literatura latinoamericana, sino también para la europea. Un viaje. Dos triángulos. Tres voces. Una vuelta de tuerca matriarcal a la road movie: padre e hijo salen a la carretera juntos, por primera vez y quizás última vez; mientras la madre toma la palabra y emprende por sí misma una segunda exploración, incluso más arriesgada. Lito acaba de cumplir diez años y sueña con camiones. Mario está enfermo y tiene deudas con su memoria. Antes de que sea tarde, ambos inician un decisivo viaje en el que compartirán mucho más que tiempo y espacio. Acosada por la idea de la pérdida, Elena se sumerge en una catártica aventura capaz de desafiar sus límites morales. Adicta a la lectura, no dejará de toparse con su propia vida en los libros, o viceversa.

  1. El quinto hijo | Doris Lessing

Un clásico de Doris Lessing, Premio Nobel de Literatura, sobre la desgracia que sorprende a una familia con la llegada de su quinto hijo, Ben, un personaje salvaje y brutal.
En la desinhibida sociedad inglesa de finales de la década de 1960, Harriet y David Lovatt, una pareja de clase media-alta, tienen que enfrentarse a una situación terrible. Su día a día se vuelve oscuro y desagradable, hasta tomar tintes casi apocalípticos.
La reservada alegría de los Lovatt y su visión del mundo como un lugar benigno han sido sacudidas por el nacimiento de su quinto hijo, Ben, monstruoso en apariencia, anormalmente fuerte, egoísta, hambriento, bestial.

  1. El favor de la sirena | Denis Johnson

Escritos poco antes de su muerte, los relatos de este libro memorable representan el testamento literario de un autor imprescindible de las letras universales. Son cinco, cinco relatos rebosantes de humor, de profundidad, de fuerza, de belleza que se interrogan de un modo casi profético sobre el final de la vida.

Un ejecutivo acepta a sus sesenta años que ya se encuentra cerca de la última parada cuando su exmujer le llama para comunicarle que se está muriendo, sin que él tenga claro de cuál de sus exesposas se trata. Otro hombre recuerda la sentencia que a los dieciocho años cumplió en prisión con un peculiar elenco de delincuentes; cuarenta días de condena que bastaron para cambiar su vida. Un escritor ve cómo sus amigos mueren mientras su propio cuerpo empieza también a traicionarle. Y otro más escribe cartas desde un centro de desintoxicación para conjurar los fantasmas de aquellos que amó y odió.

Con estas miradas francas a la vejez y la mortalidad, Johnson firma una coda vitalista y depurada de sentimentalismos. Consciente de que le queda poco tiempo, rompe la distancia entre el autor y sus lectores con frases que aprietan el nudo que ha ido tejiendo en nuestras gargantas relato a relato:

«El mundo sigue girando. Es evidente para usted que mientras escribo esto no he muerto. Pero puede que sí cuando lo lea».

  1. El faro por dentro | Menchu Gutiérrez

«Abro el libro y leo: Basenji es mi perro africano. Un perro desalmado, mudo como las piedras, cerrado. Para expresarse en tiempo presente, igual que para hablar de Basenji, es preciso estar muerto. Toda precaución es poca.»

Durante más de veinte años, Menchu Gutiérrez vivió en un faro de la costa norte de España. El faro por dentro es el relato del último día de esta larga y profunda experiencia y «un homenaje a la luz que hace de éste y todos los faros del mundo uno solo». Acompañando a este texto, Siruela recupera también, revisado por la autora, Basenji, la inquietante historia de un farero y su perro africano, un verdadero thriller psicológico que se desarrolla entre los destellos de luz y la oscuridad del faro.