El
profesor de matemáticas está a punto de aplicar un examen a sus 37 asustados
alumnos. Como amaneció de buen humor, de último minuto se le ocurre una manera
de ser “benévolo” con ellos. Con este propósito les da la siguiente indicación:
—Formen
una fila aleatoria afuera del salón. De forma que todos miren hacia la puerta,
por favor.
Una
vez formada la fila continúa:
—Voy a
exentar a algunos de ustedes, poniéndoles además la máxima calificación. Sólo
tendrán que realizar correctamente los siguientes 37 pasos:
Paso
1.-Todos darán media vuelta, quedando de espaldas al salón.
Paso
2.-Darán media vuelta los que ocupen los lugares 2, 4, 6, 8, …, 34 y 36 en la
fila. Es decir, todos los que ocupen lugares que sean múltiplos de 2. De manera
que si veían hacia el salón, ahora quedarán de espaldas a él y viceversa (en
este segundo paso todos estaban de espaldas al salón, así que al dar media
vuelta quedarán viendo hacia el aula).
Paso
3.-Darán media vuelta los que ocupen los lugares 3, 6, 9, 12, …, 33 y 36 en la
fila. Es decir, todos los que ocupen lugares que sean múltiplos de 3. De manera
que si veían hacia el salón, ahora quedarán de espaldas a él y viceversa.
.
.
.
Paso
$i$-ésimo.-Darán media vuelta los que ocupen lugares en la fila que sean múltiplos
de $i$. De manera que si veían hacia el salón, ahora quedarán de espaldas a él
y viceversa. Donde $i\le 37$.
—Al
finalizar, aquéllos que hayan quedado de espaldas al salón (sin hacer trampa),
podrán irse sin presentar el examen. Pueden comenzar —concluyó el maestro.
Ante
la sorpresa de sus compañeros, Jonás, el alumno que ocupaba el noveno lugar en
la fila y era además el más avispado en matemáticas, esbozó una leve sonrisa
aún antes de que empezaran el ejercicio.
Pregunta: ¿Qué alumnos se libraron
del examen y por qué?
Los
afortunados que no tuvieron que presentar el examen fueron los que ocupaban los
lugares 1, 4, 9, 16, 25 y 36 en la fila.
Demostración.
Como puede
observarse los números 1, 4, 9, 16, 25 y 36 son cuadrados perfectos.
Los
divisores de un número (llamando divisores a los factores enteros de un número,
incluyendo al 1 y al mismo número) pueden emparejarse. Por ejemplo:
$18\,\ \left\{ \begin{matrix}1&\leftrightarrow&18\\2&\leftrightarrow&9\\3&\leftrightarrow&6\\\end{matrix}
\right\}$
El
producto de cada par es igual a 18 y por lo tanto, 18 tiene 6 divisores: $\left\{
1,\ 2,\ 3,\ 6,\ 9,\ 18 \right\}$.
Por otro
lado, si el número es un cuadrado perfecto:
$36\,\ \left\{ \begin{matrix}1&\leftrightarrow&36\\2&\leftrightarrow&18\\3&\leftrightarrow&12\\ 4&\leftrightarrow&9\\6&\leftrightarrow&6\\\end{matrix} \right\}$
Como
el número 6 se repite entre los factores, el número 36 tiene sólo 9 divisores: $\left\{
1,\ 2,\ 3,\ 4,\ 6,\ 9,\ 12,\ 18,\ 36 \right\}$.
En
cualquier cuadrado perfecto siempre habrá un factor que se repita.
Podemos
concluir entonces que un número natural es un cuadrado perfecto si y sólo si
tiene un número impar de divisores.
Volviendo
a nuestro problema, para que un alumno dé media vuelta en el paso $i$, es
necesario que su lugar en la fila sea divisible exactamente entre $i$.
Observamos
que, para que un alumno en la fila quede de espaldas al salón al finalizar el
procedimiento, es necesario que realice un número impar de giros de 180º (“medias
vueltas”).
Por
lo anterior, los alumnos que se libran del examen son los que ocupan los lugares
de los cuadrados perfectos menores que 37.
Por
ejemplo, Jonás se giró en los pasos 1, 3 y 9 (3 medias vueltas); su optimismo estaba
bien justificado.
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