Desde siempre, una de mis grandes aficiones ha sido la ciencia y me impresiona su capacidad para explicar al mundo que nos rodea. Particularmente el tema de la astrofísica, el estudio de la física del universo, me parece que arroja las preguntas más trascendentales: ¿Cuál es el origen del universo?, ¿tiene límites?, ¿llegará a su fin algún día?, ¿qué es un agujero negro?, etc.
Para comprender del todo este tipo de preguntas, y quizás proponer respuestas, sería necesario tener una sólida y extensa formación científica, sin embargo, para las personas que no podemos clasificarnos dentro de esa categoría, existen excelentes libros de divulgación donde las explicaciones son claras y están basadas en ejemplos cotidianos. Un paradigma de lo anterior es el aclamado libro “Historia del tiempo” de Stephen W. Hawking, publicado por primera vez en 1988.
Habiendo leído la obra del doctor Hawking, que posee la notable característica de incitar al lector a buscar más información sobre los temas que expone, a lo largo de los años acudí a textos de otros científicos de renombre, incluyendo al mismo Hawking, pero no fue hasta que me topé con “El universo elegante” de Brian Greene que creí encontrar a un digno heredero de “Historia del tiempo”.
Brian Greene es un físico teórico de 50 años, prodigio matemático en la infancia, que es profesor en la Universidad de Columbia desde 1996. En “El universo elegante” narra con asombrosa claridad el desarrollo de la física del siglo XX, repasa la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, para luego internarse en los terrenos de la teoría de cuerdas, su especialidad.
En el libro se explica la incompatibilidad, en su formulación actual, de la teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica, siendo la teoría de cuerdas, también llamada de supercuerdas, la teoría que ofrece mayores expectativas de unificar las cuatro grandes fuerzas de la Naturaleza: electromagnetismo, fuerza nuclear fuerte, fuerza nuclear débil y la gravedad. Lo que equivale a unificar física cuántica y relatividad. Retomando así la tarea que Albert Einstein dejó pendiente.
Puede tenerse la impresión de que entender lo anterior es demasiado complicado, nada más alejado de la realidad. Si bien es cierto que, como se mencionó antes, para volverse un experto en la materia habría que ser físico teórico, con la ayuda de libros como éste y unos pocos conocimientos básicos de física, podemos lograr una buena comprensión del universo y sus misterios.
A manera de colofón dejo las palabras que sobre el libro pronunció otro destacado científico, Michio Kaku:
“Greene ha hecho un trabajo soberbio al presentarnos cuestiones complejas de una forma no sólo amena, sino intrigante. Recomiendo encarecidamente la lectura de este libro a cualquiera que alguna vez se haya preguntado, como hizo Einstein, si Dios creó el universo jugando a los dados”.
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