Llevando
cada cual el recuerdo de una península en el corazón, el español y el italiano
acudieron puntuales a la cita. Ante el único testigo, una mujer con ojos de
fuego y ágiles manos, manchego y parmesano se fundieron en un abrazo, como sólo
pueden hacerlo los quesos de categoría.
Decimosexta participación en el
blog literario Cincuenta palabras.
Publicada el 14 de septiembre de 2016.
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