Tendida en una cama
con dosel de luna,
con el dolor abierto
y la espalda floreciendo.
Semilla sin tierra
bajo sus pies,
brotando al fin.
Con el cuerpo herido,
bajo el vendaje de las llamas,
en un vuelo de pinceles
rasga el lienzo de su vientre iluminado.
Tomada de la mano
de la mala fortuna,
y los ojos humeantes
bebiéndose el espejo.
Corazón de venado
latiendo por el bosque,
acorralado.
0 comentarios:
Publicar un comentario