Yo no maté al mono de la
princesa. Sospecharon de mí, porque ayer me mordió mientras lo alimentaba. Hoy la
jaula amaneció vacía. El rey enfureció y ordenó que me ahorcaran en este árbol.
Por la noche, el mono salió de su escondite y se quedó dormido sobre mi cabeza.
Este es mi segundo relato participante en el blog literario Cincuenta palabras, donde amablemente me lo publicaron el 16 de julio de 2015.
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