El 2013 llega a su fin. Como todos los años, estuvo lleno de experiencias
nuevas, buenas y malas, algunas tristes, otras que dejaron recuerdos gratos e
imborrables. Antes de que termine, me he propuesto superar un reto más, elegir
los diez mejores libros que leí este año. La elección ha sido muy difícil. Al
igual que todas las listas de preferencias, la que presento es totalmente subjetiva
y es posible que, a juicio de otros lectores más avezados que yo, estas recomendaciones
sean intrascendentes. Como dicen por ahí: «La mejor recomendación es el gusto
personal». Sin embargo, a continuación transcribo las sinopsis de diez libros cuya
lectura ha contribuido a que el 2013 haya sido muy positivo para mí. Los
lugares en la lista coinciden con el orden cronológico de lectura. Esperando
que les sea útil y que también compartan sus lecturas favoritas, les deseo un feliz
y muy próspero Año 2014.
1.- Ruido de
fondo – Don DeLillo
Jack Gladney, un profesor universitario especializado en estudios sobre
Hitler, vive en una pequeña ciudad americana con Babette, su cuarta esposa, y
los hijos que ambos han tenido de anteriores matrimonios. Marcados por el
consumismo y el miedo a la muerte, los Gladney tratan de llevar una vida
familiar tranquila cuando un terrible accidente industrial provoca un «escape
tóxico a la atmósfera», una nube de gases letales que amenaza su ciudad. Este
incidente permite a DeLillo estructurar una brillante novela sobre el miedo a
la muerte, sobre los temores de la sociedad moderna —incluyendo la televisión
como instrumento básico de desinformación— y sobre el progreso brutal de las
tecnologías. Un progreso que, a medida que aumenta, desarrolla unos miedos cada
vez más primitivos respecto a sus consecuencias a veces catastróficas.
«Los estantes del supermercado han sido reordenados. Sucedió un día, sin previo
aviso. En los pasillos hay agitación y pánico, y los rostros de los clientes de
edad avanzada muestran una expresión desolada. Caminan bajo un trance fragmentado,
se detienen y reanudan la marcha formando grupos de figuras bien vestidas,
congeladas en los pasillos, intentando imaginar el sistema, tratando de
discernir la lógica subyacente y esforzándose por recordar dónde vieron por
última vez la pasta de trigo. No encuentran razón ni sentido en todo ello.
Ahora, los estropajos individuales están con el jabón de tocador, y los condimentos
aparecen dispersos».
DeLillo es un escritor muy crítico con el «American way of life» y
su estilo es denso, en ocasiones oscuro, pero profundamente poético.
2.- Mi hermana
vive sobre la repisa de la chimenea - Annabel Pitcher
Poco antes de cumplir diez años, el pequeño Jamie se va a vivir al norte
de Londres con su padre separado, su hermana adolescente Jasmine y su gato
Roger para empezar desde cero. Han pasado cinco años desde la muerte de Rose,
la gemela de Jasmine, en un atentado terrorista islámico en Londres. Sus padres
no han conseguido superar el dolor y parece que Jasmine tampoco: se ha teñido
el pelo de rosa, se ha hecho piercings y ha optado por no comer. La familia se
ha venido abajo. Pero en todo ese tiempo Jamie no ha derramado una sola
lágrima. Para él Rose, cuyas cenizas reposan en la repisa de la chimenea, no es
más que un recuerdo lejano. Le interesan mucho más su gato Roger, la camiseta
de Spiderman que le han regalado por su cumpleaños o que su padre no se entere
de que se ha hecho amigo de una niña musulmana paquistaní. Un día, al ver en la
televisión un anuncio buscando jóvenes talentos que sepan cantar, se convence
de que eso puede hacer que las cosas cambien y que toda la familia pueda salir
adelante.
Con este libro conocí a la joven autora Annabel Pitcher (nacida en 1982)
y me gusto tanto, que este mismo año leí «Nubes de kétchup», muy recomendable también.
3.- Jerusalén –
Gonçalo M. Tavares
Un suicida desesperado recibe una llamada. Su amante agonizante vaga por
la ciudad buscando un lugar donde dormir. Un médico obsesionado con predecir
crímenes se refugia en un burdel. Un hombre aterrorizado es tomado por un
asesino. Cuatro destinos entrecruzados una madrugada de mayo. Cuatro almas en
pena buscando el lugar donde alcanzar su libertad. Esta novela fue galardonada
con el Premio Literario José Saramago 2005.
Solamente citaré las palabras que José Saramago le dedicó un día a
Gonçalo M. Tavares: «No tiene derecho a escribir tan bien a los 35 años, dan
ganas de darle un puñetazo».
4.- El ladrón
de cerebros – Pere Estupinyà
En «El ladrón de cerebros», Pere Estupinyà se infiltra en los principales
centros de investigación del mundo para robar el conocimiento de los verdaderos
héroes del siglo XXI los científicos y compartirlo con sus lectores. Así, el
ladrón de cerebros rastreará el recorrido de un virus de resfriado por su
cuerpo, se introducirá en un escáner cerebral para ver si es capaz de detectar
sus propias mentiras, le pedirá a sus hormonas que le expliquen por qué se
enamora, entenderá por qué las pupilas de la mujer se dilatan en pleno orgasmo,
buscará el origen de las supersticiones, hurgará en las fricciones de la
ciencia con la religión y el creacionismo, se volverá loco intentando
comprender qué diantre son la antimateria o el entrelazamiento cuántico, y
observará sobrecogido gusanos de ocho cabezas, electricidad que fluye sin
cables y células de la piel reprogramadas a cardíacas. En resumidas cuentas, a
través de las amenas historias de este libro terminarás familiarizado con los
debates más candentes en neurociencia, cosmología, genética, psicología humana
o cambio climático.
5.- El
caballero inexistente – Italo Calvino
La voz del caballero Agilulfo llegaba metálica desde dentro del yelmo
cerrado, como si no fuera una garganta sino la propia chapa de la armadura la
que vibrase. Y es que, en efecto, la armadura estaba hueca; Agilulfo no
existía. Solo a costa de fuerza de voluntad, de convicción, había logrado forjarse
una identidad para combatir contra los infieles en el ejército de Carlomagno.
Agilulfo puso todas sus fuerzas en un orden deseado y lo hizo con tal sentido
de la exactitud que consiguió robar el corazón a la altiva amazona Bradamante.
En esta novela de aventuras, teñida de un delicioso sentido del humor, que es a
la vez una poética fábula sobre la identidad, sobre la diferencia entre ser y
creer que se es, Calvino se pregunta la razón por la que un hombre es amado,
por la que otro desea vengarse, por la que un tercero se considera hijo,
amante, amigo o caballero. La respuesta se encuentra tal vez en la pregunta
misma, en su melancolía y su extrañeza. Forma parte «El caballero inexistente» de
la popular trilogía «Nuestros antepasados», junto con «El vizconde demediado» y
«El barón rampante», con los que comparte el tono de fábula fantástica y el
propósito de indagación sobre el alma humana.
Habiendo leído con gran placer «El vizconde demediado» y «El barón
rampante», este año cumplí con una añeja deuda conmigo mismo y pude terminar
con la trilogía «Nuestros antepasados». Espléndido, maravilloso, sólo eso puedo
agregar.
6.- La
invención del amor – José Ovejero
La invención del amor cuenta la historia de Samuel que, cumplidos los
cuarenta, conserva a sus amigos, es socio en una empresa de materiales de
construcción y ha encadenado compañeras de cama. Desde su terraza observa sin
participar el trajín cotidiano madrileño. Samuel, realmente, está de vuelta sin
haber llegado. Un día, alguien al teléfono le dice que Clara ha muerto, y
cuelga. Lo misterioso del caso es que Samuel no recuerda a ninguna Clara. Pero
eso no le impide convertir a esa chica desconocida en el centro de su vida.
Samuel averigua que la persona con la que lo han confundido era el amante
secreto de la difunta, y se pone en contacto con la hermana de aquélla, la
atractiva Carina. Ambos empiezan a compartir vivencias y huecos. Clara había
tenido una conflictiva adolescencia punk, y Carina, la responsable, ahora se
nota atascada en el bache de la madurez. Samuel inventa, aprovechándose del
sentimiento de culpabilidad de Carina. En la retrospectiva, se sacan a colación
viejos dramas familiares, silencios, escapadas. Con su empresa al borde del
cierre por la crisis, Samuel empieza a hablarle a su madre, con demencia senil,
de la Clara que se está inventando. Curiosamente, pronto ese nombre será uno de
los pocos que recuerde la anciana. Samuel tampoco puede despegarse ya del
recuerdo de Clara, pero se siente cada vez más atraído por Carina y piensa en
cómo decirle la verdad.
Novela que plantea la necesidad de creer y la motivación que nos brinda
la ficción.
7.- Mala índole
– Javier Marías
«Mala índole» reúne casi
todos los relatos escritos por Javier Marías, los que él considera «aceptados»
y «aceptables» y el lector encontrará deslumbrantes. Excelente puerta de
entrada al universo Marías, Mala índole pone al alcance del lector, además de
los que conformaron Mientras ellas duermen y Cuando fui mortal, varios cuentos
hasta hoy inencontrables, entre los que destaca el que da título al libro, casi
una novela corta sobre las divertidas y espeluznantes andanzas de un viejo
conocido, Ruibérriz de Torres, durante el rodaje en México de una película con
Elvis Presley. Además, médicos misteriosos, guardaespaldas, fantasmas, dobles,
una aspirante a actriz porno, una mujer y un hombre asesinados por una lanza
africana, un mayordomo neoyorquino encerrado en un ascensor, el adorador de una
joven a la que filma sin cesar, una pareja mafiosa caída en desgracia, un
asesino a sueldo que trata de disuadir a quienes quieren contratarlo... El
mundo de los cuentos de Javier Marías es tan inquietante y cautivador que
apenas permite apartar la vista de ellos, en un permanente estado de
encantamiento y zozobra.
8.- El ruido de
las cosas al caer – Juan Gabriel Vásquez
El ruido de las cosas al caer es la historia de una amistad frustrada.
Pero es también una doble historia de amor en tiempos poco propicios, y también
una radiografía de una generación atrapada en el miedo, y también una
investigación llena de suspense en el pasado de un hombre y el de un país,
Colombia. Se inicia con la exótica fuga y posterior caza de un hipopótamo,
último vestigio del imposible zoológico con el que Pablo Escobar exhibía su
poder. Ésta es la chispa que arranca los mecanismos de la memoria de Antonio
Yammara, protagonista y narrador de El ruido de las cosas al caer, un negro
balance de una época de terror y violencia, en una Bogotá descrita como un
territorio literario lleno de significaciones.
9.- Vicio
propio – Thomas Pynchon
Se llama Sportello, Doc Sportello, y es un detective privado un tanto
peculiar en el colorista Los Ángeles de finales de los años sesenta. Hacía ya
tiempo que Doc no veía a su ex, Shasta, seductora femme fatale, cuando ésta
recurre a sus servicios porque ha desaparecido su nuevo amante, un magnate
inmobiliario que había visto la luz del buen karma, un tanto distorsionada por
el ácido, y quería devolver a la sociedad todo lo que había expoliado.
Sportello se ve enredado entonces en una intriga en la que los escrúpulos
chispean por su ausencia y cuya trama es casi la de una novela negra clásica. A
partir de ahí, Thomas Pynchon prepara un retrato desbocado de una California
poblada por surfistas embriagados de la mitología de las olas gigantes,
combatientes de Vietnam o agentes del FBI reconvertidos en hippies, pandillas
carcelarias, la escabrosa sombra de Charlie Manson y sus acólitas, una brutal
organización secreta de dentistas, polis corruptos, una protointernet o bellas
masajistas de sexualidad ambigua. Todo sazonado con diálogos y guiños
hilarantes, al ritmo de una frenética banda sonora que sirve de réquiem
psicodélico por una época que pudo ser y no fue.
10.- La defensa
– Vladimir Nabokov
El descubrimiento del ajedrez supone para el gran maestro Luzhin,
protagonista de esta novela, la revelación de un orden de impecable armonía
donde encontrar refugio contra las tribulaciones de su desdichada adolescencia.
A partir de ese momento da comienzo su brillante carrera como campeón en ese
juego, que pronto se convierte en una obsesión que absorbe su vida por
completo. Luzhin comprende, demasiado tarde, que tal obsesión amenaza con
destruirlo y que el instrumento escogido como defensa contra el desorden y los
agravios del mundo es también un arma que finalmente se vuelve contra él mismo,
hallándolo en la más patética indefensión. Todos los elementos de la trama se
hallan sutilmente enlazados en un juego de correspondencias y de calculados
golpes de efecto supeditados con inimitable sabiduría a una estructura que,
deliberadamente, recuerda aquí a una elegante, astuta e implacable partida de
ajedrez.