Esa tarde, una novela de
aventuras deambulaba por el parque ataviada con su rústica encuadernación. La
frescura y viveza de sus páginas suscitó el cotilleo entre dos vetustas
ediciones de lujo:
—Ni siquiera se pone una
sobrecubierta.
—Dicen que trabaja en una
biblioteca pública. Ha estado en manos de muchos.
Este pequeño relato es mi octava participación
en el blog literario Cincuenta palabras. Apareció publicada el 14 de enero de
2016.
2 comentarios:
Exquisita economía de palabras... Libertinas, pues!!
Saludos y abrazo grande.
Muchísimas gracias. Otro abrazo de regreso.
Saludos.
Vicente
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