«No
hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague», reza el refrán. Así, el
año 2015 y sus 31’536,000 segundos están cerca de concluir. En este lapso tuve
la oportunidad de destinar un espacio de mi tiempo a la lectura de algunos
libros. Igual que en años anteriores, me gustaría enlistar, sin orden particular, los títulos y
sinopsis de aquellos que encontré más destacados.
De
todo corazón, deseo para ustedes y sus seres queridos un venturoso 2016.
¡Felicidades!
1. Nos vemos allá arriba
Pierre
Lemaitre
Galardonada
con el Premio Goncourt, ensalzada por los críticos y convertida en un auténtico
fenómeno editorial en Francia —donde ya ha superado el medio millón de
ejemplares vendidos—, esta novela es un emocionante canto a la capacidad de
superación del ser humano y, a la vez, un fresco y atrevido retrato de una
sociedad descompuesta por uno de los más crueles inventos del hombre: la
guerra.
En
noviembre de 1918, tan sólo unos días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle
ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y
Édouard Péricourt gravemente heridos, en un confuso y dramático incidente que
ligará sus destinos inexorablemente. Édouard, de familia adinerada y con un
talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se
niega a reencontrarse con su padre y su hermana. Albert, de origen humilde y
carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de
cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien
debe la vida. Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está
obsesionado con recuperar su estatus social. De regreso en París, los tres
excombatientes se rebelarán contra una realidad que los condena a la miseria y
al olvido. Así, Édouard pergeña una ingeniosísima estafa con el fin de vengarse
de su progenitor, que siempre lo repudió por su sensibilidad y sus habilidades
artísticas. De paso quiere ayudar al fiel Albert, cuyo prurito es huir a las
antípodas para olvidar a Cécile, su amor perdido. Aunque tal vez el más
ambicioso sea Pradelle, que sacudirá la conciencia de Francia entera mediante
una monumental operación delictiva concebida para amasar una rápida fortuna.
Los escollos son considerables, pero la voluntad de los tres parece infinita.
2. El cielo es azul, la tierra blanca
Hiromi
Kawakami
Tsukiko
tiene 38 años y lleva una vida solitaria. Considera que no está dotada para el
amor. Hasta que un día encuentra en una taberna a su viejo maestro de japonés.
Entre ambos se establece un pacto tácito para compartir la soledad. Escogen la
misma comida, buscan la compañía del otro y les cuesta separarse, aunque a
veces intenten escapar el uno del otro: el maestro, en el recuerdo de la mujer
que un día lo abandonó; Tsukiko, en un antiguo compañero de clase. Con una
prosa sensual y despojada, Kawakami nos cuenta una historia de amor muy
especial: el acercamiento sutil de dos amantes, con toda su íntima belleza,
ternura y profundidad.
3. Amor perdurable
Ian
McEwan
Joe
y Clarissa son una pareja feliz. Él se dedica a escribir sobre temas
científicos, tras haber abandonado la investigación; ella es una profesora de
literatura inglesa que regresa a Inglaterra tras un breve período de
investigación en Harvard. Joe ha ido a esperarla al aeropuerto, y desde allí
han marchado directamente a los verdes prados de las colinas de Chiltern, a un
delicioso almuerzo campestre que aúna los refinados placeres del vino francés,
la naturaleza y el reencuentro amoroso. Pero en medio de aquel sensato,
civilizado paraíso, y casi sin que ellos se den cuenta, se introducirá una
serpiente, inesperada e inocente, pero no por ello menos terrible. Los
tripulantes de un globo, un anciano y su nieto, se ven en serias dificultades.
El aerostato, incontrolado, sube en el aire con el niño dentro, y Joe y otros
hombres presentes en el lugar corren a socorrerlo. Todo es cuestión de
segundos, y en aquel extraño nudo de encuentros urdido por el destino, el muy
racional Joe conoce a Jed Parry, un fanático religioso, un «Jesus freak» que se
enamorará obsesiva e implacablemente del cada vez más horrorizado Joe. Ian
McEwan, con una sutil ironía y su peculiar gusto por la comicidad más ominosa,
urde una ambigua fábula moral, un thriller apasionante acerca de la naturaleza misma
del amor, y su localización en la encrucijada entre la racionalidad y la
locura.
4. Hordubal
Karel
Čapek
Hordubal
narra la historia (inspirada en un hecho real) de un campesino que retorna a su
granja después de pasar ocho años como minero en América. Con su relativismo
filosófico, nos presenta una trama detectivesca en la que los hechos y la
verdad no van de la mano. Sí, hay un homicidio, pero ¿qué ha pasado realmente?
Al final, después del entramado lógico y deductivo, después de jugar a
recomponer las piezas del rompecabezas, queda la imposibilidad de comprender un
sacrifico inspirado por el amor. Que el misterio no son los hechos sino las
personas. Con Hordubal, El Olivo Azul emprende la publicación de la llamada
Trilogía Noética (compuesta por Hordubal, El Meteorito y Una vida corriente),
que es para muchos la culminación de la carrera del escritor checo, y en la que
se reflexiona no solamente acerca de nuestra capacidad para conocer a los
demás, sino también sobre el conocimiento en sí.
5. Purga
Sofi
Oksanen
Muy
raramente surge una novela que suscite un entusiasmo tan unánime como esta
tercera obra de ficción de la escritora finlandesa Sofi Oksanen, joven prodigio
de la narrativa nórdica. Merecedora de los premios más importantes de su país
—el Mika Waltari, el Finlandia, el Runeberg—, así como del renombrado Premio de
Literatura del Consejo Nórdico, Purga ha sido el libro revelación en Francia,
donde se han vendido más de doscientos mil ejemplares y ha obtenido el
prestigioso Premio Femina de literatura extranjera. Por último, fue galardonada
con el Premio a la Mejor Novela Europea del Año 2010.
En
una despoblada zona rural de Estonia, en 1992, recuperada la independencia de
la pequeña república báltica, Aliide Truu, una anciana que malvive sola junto
al bosque, encuentra en su jardín a una joven desconocida, exhausta y
desorientada. Se trata de Zara, una veinteañera rusa, víctima del tráfico de
mujeres, que ha logrado escapar de sus captores y ha acudido a la casa de
Aliide en busca de una ayuda que necesita desesperadamente. A medida que Aliide
supera la desconfianza inicial, y se establece un frágil vínculo entre las dos
mujeres, emerge un complejo drama de viejas rivalidades y deslealtades que han
arruinado la vida de una familia.
Narrada
en capítulos cortos que alternan presente y pasado a un ritmo subyugante, la
revelación gradual de la historia de ambos personajes mantiene en vilo al
lector hasta la última página. Con meticuloso realismo, Oksanen traza los
efectos devastadores del miedo y la humillación, pero también la inagotable
capacidad humana para la supervivencia. Una novela de múltiples lecturas y
matices, que por su originalidad y su maestría nos asombra y sobrecoge.
6. Los tres impostores
Arthur
Machen
A
caballo entre el cuento de aventuras y la narración de horror cósmico, la obra
de Machen (1860-1947) dio un nuevo rumbo al relato fantástico y fue precedente
inmediato del género de terror cultivado por H. P. Lovecraft y la escuela de
los Mitos de Cthulhu. Los tres impostores es un ingenioso encadenamiento de
episodios perfectamente trabados, llenos de sorprendentes hallazgos y narrados
en un estilo depurado. En el marco de un Londres propicio a todos los azares,
los hilos del relato van formando una complicada trama cuyo desenlace viene a cerrar
el círculo abierto al comienzo de la narración. La obra incluye algunos
episodios tan famosos como «La novela del sello negro» o «La novela del polvo
blanco», de presencia casi obligada en las antologías del cuento de terror.
7. Avenida de los Gigantes
Marc
Dugain
Si
no midiera casi dos metros veinte y tuviera un coeficiente intelectual superior
al de Einstein, Al Kenner sería un adolescente ordinario. El día del asesinato
de John Fitzgerald Kennedy, sin embargo, su vida dará un vuelco y saldrá a la
luz que en el cuerpo de ese gigantón habita un muchacho traumatizado por los
malos tratos que le inflige su madre alcohólica, que disfruta decapitando gatos
y jugando a la silla eléctrica con su hermana menor, y que ha asesinado a
sangre fría a sus abuelos. Después de cinco años internado en un psiquiátrico,
rehabilitado y sin antecedentes penales gracias a su extraordinaria
inteligencia y sus dotes de manipulación, Al pisará de nuevo la calle.
Desconcertado
ante el pacifismo y la contracultura de los jóvenes de su edad, esos hippies a
los que no alcanza a comprender, y tras ver truncado debido a su altura su
deseo de alistarse para ir a Vietnam o ingresar en la policía, Al se convierte
en asesor psicológico de la policía de Santa Cruz. Como él mismo afirma, «haber
matado confiere una auténtica legitimidad en la comprensión del fenómeno del
paso a la acción que siempre será un misterio para el neófito», y está
dispuesto a ayudar a poner fin a la ola de crímenes que vive California.
Inspirado
en un personaje real, Ed Kemper, un asesino en serie condenado a perpetuidad, y
narrado como si se tratara de las memorias escritas por el protagonista desde
la cárcel, Avenida de los Gigantes es un perturbador autorretrato de un asesino
fuera de lo común.
8. Mi querido Mijael
Amos
Oz
«Escribo
porque las personas a las que amaba han muerto. Escribo porque cuando era niña
tenía una gran capacidad de amar y ahora esa capacidad de amar está muriendo.
No quiero morir.» Así comienza el relato en primera persona de Jana, la
historia de un matrimonio y de su ruptura. La que ha sido definida como una
moderna madame Bovary israelí es una estudiante de literatura hebrea. En la
universidad conoció a un geólogo, Mijael Gonen, se casó con él y, poco a poco,
una enrarecida distancia se abrió paso entre los dos. La narración, muy
femenina, de Amos Oz avanza con estilo breve, cotidiano, y sondea los
pensamientos más ocultos y las emociones más profundas en la confesión de la
protagonista. Con rara habilidad, el autor logra captar los mínimos matices del
carácter y del sentimiento, saca a la luz, con lucidez y delicadeza, los
motivos de la frustración y del sufrimiento, y llega al origen del progresivo
encerrarse de Jana en un mundo trepidante de maravillosas aventuras
imaginarias, fantasías sexuales y terribles pesadillas, en el cual «su» querido
y tranquilo Mijael nunca logrará penetrar. Como telón de fondo de esta
magnífica novela psicológica, la silueta de una ciudad, Jerusalén, en los años
cincuenta, sobre la que aletea el espectro de la guerra.
«Su
padre le había prevenido que tuviera cuidado con los hombres malos, aquellos
que les destrozan la vida a las mujeres, pero no le previno contra los
aburridos, los que logran que los días no se diferencien entre sí». Adriana
Villanueva
9. La historia del señor Sommer
Patrick
Süskind
El
estilo empleado por Suskind y las ilustraciones de Jacques Sempé, famoso por su
colección El pequeño Nicolás, dotan al cuento de una apariencia infantil y
naif. A pesar de ello es más que un cuento juvenil, ya que el protagonista se
plantea cosas demasiado profundas para un niño de su edad, y también se muestra
la angustia con la que vive el misterioso Señor Sommer.
El
relato está narrado en primera persona por el protagonista del libro, del que
nunca se sabe el nombre, y que siendo ya un adulto recuerda sus vivencias
infantiles y sus recuerdos del señor Sommer.
Para
reencontrarse con el niño que fuimos.
10. Siete pecados capitales
Milorad
Pavić
Siete
pecados capitales, de Milorad Pavić, es un bello ejemplo de lo que Calasso
llama Literatura Absoluta. Es el espejo que refleja la fantasía como realidad y
la realidad como fantasía; el otro tipo de realidad, la que se cree real, y el
otro tipo de fantasía, la que se cree que es un engaño, simplemente se
desvanecen en el sopor de la gris trivialidad. De hecho, todo gira alrededor de
un peculiar espejo que porta un pequeño agujero en una esquina, posiblemente el
pasaje que comunica y separa a la literatura y al mundo.
Los
siete relatos que conforman este extraordinario libro están conectados por este
peculiar espejo que al final resulta ser el libro mismo. Llega un momento en
que no se sabe si se es un simple lector, o si se es uno más de los personajes
que desfilan a través de la mágica pluma de Pavić. Pero ni siquiera el propio Pavić
se escapa al encantamiento que proyecta su imaginación, ya que él se encuentra
también dentro del libro.
Es
una obra donde el espejo va desdoblando personajes, donde todos terminan por
ser los dobles de todos, donde el mundo mismo no pasa de ser la imagen
reflejada del pensamiento de Pavić, del pensamiento del lector… o simplemente
del pensamiento. El autor no es el escritor, sino el libro; tanto el que lo
escribe como el que lo lee, no pasan de ser algunos de los personajes que la
literatura produce para que el mundo continúe su curso. La grandeza de Pavić
radica en esa capacidad para dejarse poseer por la literatura, y eso no es poca
cosa.
11. La sonrisa etrusca
José
Luis Sampedro
Un
viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para someterse a
una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que
volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus
camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que
iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud. Una bellísima
novela sobre el eterno problema del amor, con la verdad que ofrece un
conocimiento profundo del alma humana.
12. ¿Fue él?
Stefan Zweig
En
esta breve novela, Zweig nos habla de los celos con su habitual maestría:
elusivo, con la virtud de la intriga irresuelta, ahonda en el dolor y el
desamparo que produce el sentirnos sustituidos en los afectos de nuestras
personas queridas por un tercero que, cuanto menos, tiene los mismos derechos
que nosotros. La rabia y la violencia pueden conducir a una venganza que
agravará, si cabe aún más, nuestra orfandad.
«Un cuento moral sobre la inconveniencia de
colocar mal los afectos». Francisco García Pérez, La Nueva España
13. Una edad difícil
Anna
Starobinets
El
libro que ha lanzado una nueva estrella de las letras rusas. La jovencísima
Starobinets presume de comparaciones con Neil Gaiman y Stephen King, altamente
justificadas.
Una
edad difícil, primer libro de la autora más importante de ficción fantástica
rusa, es una compilación de una nouvelle y siete relatos cortos: oscuro y
fantasmagórico, es un libro inolvidable.
14. No hay bestia tan feroz
Edward
Bunker
Tras
ocho años entre rejas, Max Dembo vuelve a Los Ángeles con sesenta y cinco
dólares en el bolsillo, un traje pasado de moda y la intención de reinsertarse
en la sociedad. No es tarea fácil para quien, en su corta vida, no ha conocido
otra cosa que el crimen y cuenta sólo con la improbable ayuda de un rígido y
prejuicioso agente de la condicional. Descreído de sus posibilidades de éxito,
abrumado por los fantasmas de su vida anterior, Dembo se verá en poco tiempo
arrojado a una encrucijada de la que su instinto criminal podría salir
reforzado. Trepidante y profunda, de un verismo difícilmente igualable, No hay
bestia tan feroz supuso el debut literario de Edward Bunker, delincuente
convicto y una de las mayores referencias en literatura criminal
norteamericana.
«La
mejor novela criminal en primera persona que jamás haya leído». Quentin
Tarantino
15. Expiación
Ian
McEwan
En
la gran casa de campo de la familia Tallis, la madre se ha encerrado en su
habitación con migraña, y el señor Tallis, un importante funcionario, está,
como casi siempre, en Londres. Briony, la hija menor, de trece años,
desesperada por ser adulta y ya herida por la literatura, ha escrito una obra
de teatro para agasajar a su hermano León, que ha terminado sus exámenes en la
universidad y hoy vuelve a casa con un amigo. Cecilia, la mayor de los Tallis,
también ha regresado hace unos días de Cambridge, donde no ha obtenido las
altas notas que esperaba. Quien sí lo ha hecho, en cambio, es Robbie Turner, el
brillante hijo de la criada de los Tallis y protegido de la familia, que paga
sus estudios.
Es
el día más caluroso del verano de 1935 y las vidas de los habitantes de la
mansión parecen deslizarse, como la novela, con apacible elegancia. Pero si el
lector ha aguzado el oído, ya habrá percibido unas sutiles notas disonantes, y
comienza a esperar el instante en que el gusano que habita en la deliciosa
manzana asome la cabeza. ¿Por dónde lo hará? Hay una curiosa tensión entre
Cecilia y Robbie. Y otra situación potencialmente peligrosa: la hermana de la
señora Tallis ha abandonado a su marido, se ha marchado a París con otro hombre
y ha enviado a su hija Lola, una nínfula quinceañera, sabia y seductora, a casa
de sus tíos. Y la ferozmente imaginativa Briony ve a Cecilia que sale empapada
de una fuente, vestida solamente con su ropa interior, mientras Robbie la
mira...
Ian
McEwan ha escrito su obra más importante, una novela que va abriéndose como un
juego de cajas chinas, con distintas novelas de géneros diferentes encajadas
una dentro de otra y magistralmente engarzadas.
16. El baile
Irène
Némirovsky
Autora
de la recién descubierta Suite Francesa, publicada póstumamente y aclamada por
la crítica y el público de media Europa, Irène Némirovsky saltó a la fama con
esta breve joya literaria sobre la venganza de una adolescente, editada en
Francia en 1930 y traducida al castellano en 1986. Instalados en un lujoso piso
de París, los Kampf poseen todo lo que el dinero puede compra, excepto lo más
difícil: el reconocimiento de la alta sociedad francesa. Así pues, con el
propósito de obtener el codiciado premio, preparan un gran baile para
doscientos invitados, un magno acontecimiento social que para el señor y la señora
Kampf supondrá, respectivamente, una excelente inversión y la soñada apoteosis
mundana. Dotada de una afilada percepción psicológica, Némirovsky condensa en
pocas páginas una historia donde la difícil relación madre-hija y el ansia de
reconocimiento social se funden con la pasión por la vida y la búsqueda de la
felicidad. Una obra indispensable de uno de los grandes escritores del siglo
XX.
17. Cien mejor que uno
James
Surowiecki
«La
sabiduría de la multitud o por qué la mayoría siempre es más inteligente que la
minoría».
En
este libro tremendamente fascinante, James Surowiecki, el conocido columnista
de la revista The New Yorker, explora una idea aparentemente sencilla pero que
reviste profundas implicaciones: los grandes colectivos son más inteligentes
que la minoría selecta, por brillante que ésta sea, cuando se trata de resolver
problemas, promover la innovación, alcanzar decisiones prudentes, e incluso
prever el futuro.
Esta
noción en apariencia contraria a lo que nos dicta la intuición tiene
consecuencias muy importantes en lo que respecta el funcionamiento de las
empresas, el progreso del conocimiento, la organización de la economía y
nuestro régimen de vida cotidiano. Con una erudición que no parece conocer
límites y una prosa estupendamente clara, Surowiecki explora campos tan
diversos como la cultura popular, la psicología, el conductismo económico, la
inteligencia artificial, la historia militar y la teoría económica, todo ello a
fin de demostrar cómo funciona el mencionado principio en el mundo real.
A
pesar de que la argumentación es necesariamente compleja, Surowiecki logra
presentarla de manera muy amena y los ejemplos que cita son tan realistas como
sorprendentes y divertidos. ¿Por qué nos colocamos siempre en la fila de los
lentos? ¿Por qué es posible comprar una tuerca en cualquier parte del mundo y
que case con el tornillo correspondiente de cualquier otro lugar? ¿Por qué se
producen los embotellamientos de tráfico? ¿Cuál es la mejor táctica para ganar
dinero en un concurso televisado?
Brillante
y accesible, Cien mejor que uno es la biografía de una idea que aporta
enseñanzas importantes acerca de nuestra manera de vivir, de elegir a nuestros
dirigentes, de gestionar nuestras empresas y de pensar acerca de nuestro mundo.
18. Chesil Beach
Ian
McEwan
Tienen
poco más de veinte años y se conocieron en una manifestación en contra de las
armas nucleares. Florence es una chica de clase media alta. Edward, en cambio,
pertenece a una familia que vive en la zona baja de la clase media. Ambos son
inocentes, y vírgenes, y tras un largo cortejo se han casado. Es un día de
julio de 1962, y el tsunami de la revolución sexual no ha llegado a Inglaterra.
Edward y Florence van a pasar su noche de bodas en un hotel junto a Chesil
Beach. Y lo que sucede esa noche es la materia con que McEwan construye su
chejoviano, terrible mapa de una relación, del amor, del sexo, y también de una
época, y de sus discursos y sus silencios.
19. Henderson, el rey de la lluvia
Saul
Bellow
Bellow
explora todo el color y el exotismo del continente africano en este libro
hilarante: Eugene Henderson es un norteamericano millonario de mediana edad
que, en busca de una nueva vida, decide instalarse a vivir en medio de una
tribu africana. Las hazañas hercúleas de Henderson y su incontrolable pasión por
la vida le granjearán la admiración de la tribu, pero será su donde hacer
llover lo que lo convertirá de un simple héroe en un mesías. Una historia
desternillante, por momentos hasta grotesca, en la que el ganador del premio
Nobel demuestra su capacidad de retratar a los seres humanos, así como las
fuerzas que los guían a través de la vida.
20. La enfermedad
Alberto
Barrera Tyszka
Ernesto
Durán sabe que está enfermo. Aunque los resultados clínicos digan lo contrario,
desde que se ha separado de su mujer y vive solo, padece todos los síntomas de
un mal que, según sospecha, puede ser mortal. Su obsesión va más allá de la
mera hipocondría, y tiene la certeza de que sólo hay un médico que puede
salvarlo. Pero el elegido, el doctor Andrés Miranda, en esos mismos momentos se
enfrenta a una tragedia personal: un diagnóstico irrefutable que señala que su
padre tiene cáncer, y le quedan pocas semanas por vivir. Mientras Durán
necesita desesperadamente hablar de su caso y de él mismo, el doctor Miranda se
siente rehén del silencio, es incapaz de hacer con su padre lo que siempre ha
hecho con sus pacientes: decir la verdad. La vivencia de la enfermedad en estas
dos personas que ocupan posiciones tan distintas, el médico que sabe acerca de
la vida y de la muerte y no quiere o no puede hablar, y el enfermo de angustia
que sólo sabe que su sufrimiento no le deja vivir, es la columna vertebral que sostiene
a esta hermosa novela, madura, adulta, reflexiva y refinada, que nos susurra
desde su primera página algo que está en nuestra naturaleza: vivir mata. Un
libro notable, escrito en un registro inusual en nuestra lengua, que mezcla lo
profundo con lo veloz, que apela a las emociones pero también a la inteligencia
del lector. Desde distintas historias, conmovedoras, tiernas, divertidas y
trágicas, Alberto Barrera Tyszka nos propone una versión de la existencia que
asume todos sus goces, pero también su fragilidad.