—¿Qué le parece?
—¡Magnífico! —respondió la muchacha, comparando las
fotografías.
En ambas, ella posaba frente al Coliseo. Sólo en
una, del brazo de un apuesto joven.
—Sus conocidos jamás sabrán que viajó sola.
—¿Podría conocer al chico?
—Claro, está detrás de usted.
El muñeco de silicona yacía sobre el mostrador.
Mi
cuarta historia participante en el sitio Cincuenta
palabras. Fue
publicado el 13 de septiembre de 2015.